Dos semanas son una eternidad
La suspensión del GP Bahrein ha pasado de ser un gran imprevisto en el calendario a convertirse en un enorme balón de oxígeno para los equipos de la Fórmula 1. Porque dos semanas de margen en los incansables cerebros de los ingenieros del 'gran circo' es todo un mundo para desarrollar y poner todavía más a punto los monoplazas.
Así lo cree el director técnico de Williams, Sam Michael, y así lo piensan los Domecali, Horner, Whitmarsh, Brawn y compañía, que se frotan las manos con este inesperado tiempo extra entre el anulado Gran Premio del 13 de marzo y el nuevo arranque en Melbourne del 27 de marzo.
"Creo que esto da más tiempo para perfeccionar cosas y tener un paquete mejor", aseguró Michael en una entrevista a 'Reuters' antes de la presentación del nuevo monoplaza FW33.
"Obviamente uno llega a la primera carrera y hace lo mejor con lo que tiene, pero siempre se llega un poco ajustado (...) tener dos semanas extra hacen una enorme diferencia en la F1 porque es mucho tiempo", agregó.
Michael comparó la situación con la producción de un nuevo vehículo de carretera con tres meses extra para trabajar o con la de un avión con seis meses más para finalizarlo. "Dos semanas es una eternidad en la Fórmula 1", remarcó.
El retraso le da más tiempo, incluso si las partes siguen siendo requeridas para la tercera parada en Sepang (Malasia), donde las temperaturas también son altas. "Tenemos un primer paquete de carrera mejorado que estará en el coche completamente para los ensayos en Barcelona", aseguró Michael.
"Entre Barcelona y Melbourne también cambiaremos el coche, porque encontramos cosas en el túnel de viento que nos gustaría cambiar", añadió. La última prueba de fuego será en Montmeló (Barcelona) del 8 al 11 de marzo, aunque ahora los equipos cuentan con un arranque mucho más benévolo. Y es que las condicones climáticas de Bahrein nada tienen que ver con las de Australia. Los motores y los neumáticos lo agradecerán.
Así lo cree el director técnico de Williams, Sam Michael, y así lo piensan los Domecali, Horner, Whitmarsh, Brawn y compañía, que se frotan las manos con este inesperado tiempo extra entre el anulado Gran Premio del 13 de marzo y el nuevo arranque en Melbourne del 27 de marzo.
"Creo que esto da más tiempo para perfeccionar cosas y tener un paquete mejor", aseguró Michael en una entrevista a 'Reuters' antes de la presentación del nuevo monoplaza FW33.
"Obviamente uno llega a la primera carrera y hace lo mejor con lo que tiene, pero siempre se llega un poco ajustado (...) tener dos semanas extra hacen una enorme diferencia en la F1 porque es mucho tiempo", agregó.
Michael comparó la situación con la producción de un nuevo vehículo de carretera con tres meses extra para trabajar o con la de un avión con seis meses más para finalizarlo. "Dos semanas es una eternidad en la Fórmula 1", remarcó.
El retraso le da más tiempo, incluso si las partes siguen siendo requeridas para la tercera parada en Sepang (Malasia), donde las temperaturas también son altas. "Tenemos un primer paquete de carrera mejorado que estará en el coche completamente para los ensayos en Barcelona", aseguró Michael.
"Entre Barcelona y Melbourne también cambiaremos el coche, porque encontramos cosas en el túnel de viento que nos gustaría cambiar", añadió. La última prueba de fuego será en Montmeló (Barcelona) del 8 al 11 de marzo, aunque ahora los equipos cuentan con un arranque mucho más benévolo. Y es que las condicones climáticas de Bahrein nada tienen que ver con las de Australia. Los motores y los neumáticos lo agradecerán.
Fuente: http://www.elmundo.es/
Etiquetas: GP de Bahrein
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